Tintín y los suyos…(III)


Uvepé

Poco antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial aparece en 1939 “El Cetro de Ottokar”, la historia de una anexión fracasada, por lo que puede establecerse cierto paralelismo con los hechos previos a la última conflagración mundial. Este álbum de Hergé destaca por su magnífica ambientación y por unos decorados espléndidos. Además en él aparece la única estrella femenina de las historias de Tintín, la cantante de opera Castafiore, soprano de gran renombre, bien vista por la prensa, pero nada apreciada por el resto de personajes creados por Hergé. Tintín entretiene el vuelo que le lleva a Syldavia plácidamente sentado en la butaca del avión, leyendo un diario en el que aparece un muy típico pescador al que no le falta nada, ni siquiera su pipa, para completar el atuendo típico y tópico del buen pescador.
Una vez en tierra, viñetas más adelante Tintín busca una dirección preguntando por una calle a un vendedor ambulante que a sus espaldas lleva colgado un enorme narguile.
Por último un peatón distraído está apunto de ser atropellado al cruzar una calle, pero ello no le impide continuar fumando su pipa con toda la tranquilidad posible.
En el “Cangrejo de las pinzas de oro”, 1941, tardan en aparecer las pipas, y lo hacen cuando Tintín es rescatado inconsciente en medio del desierto al que su avioneta se había precipitado. Es el teniente del puesto de Afghar quien luce una pipa que fuma incesantemente.
Páginas más adelante nos encontramos a nuestro reportero y a Haddock paseando por las calles de “Vagar, el gran puerto de la costa marroquí”, en esta ocasión es el capitán quien luce una magnífica canadiense, la misma que lucirá más avanzada la historia, mientras medita sobre cómo encontrar a Tintín, pero es detenido por supuesta euforia etílica tras encontrar el buque carguero repleto de opio que buscaban.
Años más tarde, en 1943, aparece “El secreto del Unicornio”, en el que Tintín regala a Haddock una maqueta de un barco, “El Unicornio”, que resulta ser una reproducción del que comandaba enl Caballero de Hadoque, un ancestro de nuestro ya viejo amigo el capitán. Será, pues, Haddock el personaje central de esta activa historieta, y quien lucirá las únicas pipas que en ella aparecen.
“Las 7 bolas de cristal” aparece en 1946, ya en su inicio encontramos la primera pipa, en la boca de un viajero que comparte departamento con Tintín en el tren en que ambos viajan. Según transcurre esta aventura del intrépido periodista encontraremos, una vez más, Haddock disfrutando de su casi inseparables pipas.
En “El asunto Tornasol”, el chocante profesor, -sobre quien volveremos más despacio en el siguiente capítulo-, es varias veces secuestrado para robarle los planos de una nueva y temible máquina que acaba de inventar.
En varias ocasiones encontraremos de nuevo a Haddock luciendo espléndidas pipas.
En la “Oreja rota”, 1937, Tintín protagoniza la investigación en busca de un fetiche arumbaya que había sido robado de un museo etnográfico; esta investigación le lleva a Sudamérica, donde se desarrolla la parte más importante de la acción, y finalmente regresa a Europa.
En el transcurso de la historia nos encontramos con orondo señor que fuma ensimismado su pipa por una calle, pero su tranquilidad termina cuando es víctima de una agresión verbal de un muy peculiar loro.
Más adelante nuestro reportero encuentra al hermano del creador del fetiche, quien también luce una extraordinaria pipa curva, pero tampoco falta el típico marino poseedor de una humeante billiard.

Publicado el 26/11/2004 por : rromeral